En 2001, Plácido Arango García-Urtiaga nos contrató para dirigir los mejores restaurantes italianos que su padre abrió en el Madrid de los años setenta. Nunca cesaremos de agradecer esta alternativa que nos dio el Grupo VIP´S.
Tattaglia, Lucca, Rugantino, Paparrazi y Bice, ¡ahí es nada! Tuvimos que hacer un máster intensivo porque lo que sabíamos no era suficiente. Nos compramos todos los libros del mundo y nuestro jefe nos dijo que teníamos que comer en los mejores italianos y empezamos por el Harry´s Bar, de Venecia, y los que estaban en boga en el momento y que siguen siendo los top de Londres, Locanda Locatelli y Cecconis. Y aprendimos de lo lindo.
En 2003 nos fuimos a la feria de Slow Food en Turín, que acababa de empezar, y conocimos a los pequeños productores italianos. Nos recorrimos la ciudad y viajamos a Venecia y volvimos con las pilas cargadas para empezar a retocar esos restaurantes. En Madrid, junto con Giorgio Baldar en Bice, empezamos a hacer jornadas de producto y trajimos de todo: trufa blanca, balsámicos antiguos, aceites toscanos, carpaccio calientes, trufa negra en enero, atún siciliano, pastas frescas hechas a mano, risotto de la pera limonera, fotos de la Dolce Vita, y Bice se convirtió en uno de esos restaurantes italianos que se comía rico rico. Rugantino, Paparazzi, Tattaglia y Lucca, con Benito García al frente, quien consiguió que fueran de esos restaurantes italianos que no fallan nunca. Con él aprendimos que había que hacerlo muy bien los 365 días del año, que no bastaba con cocinar un plato muy rico un solo día.
Slow Food nos pareció la bomba así que 11 años después volvimos a la feria, probamos, catamos y conocimos a más de 35 productores italianos. Nos hicimos importadores para poder tener en Santander lo mejor de Italia. Después de conocerles en la feria, nos recorrimos toda Italia, de punta a punta, desde Torino pasando por Bologna, Roma, Nápoles, la costa Amalfitana, Campania, Basilicata y la Puglia hasta el mismo tacón del mapa. 5.000 km en 15 días. Visitamos sus pequeñas fábricas, granjas y vimos cómo se hacen esas trenzas de mozzarella a la vera de las montañas.
Carlos.